La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) informó que en lo que va del año, hasta la quincena de abril, las cámaras de seguridad ubicadas en varias avenidas de la ciudad y en el aeropuerto Jorge Chávez detectaron un total de 3929 infracciones cometidas por 2587 vehículos de transporte público sin autorización. 

Esta fiscalización electrónica es posible gracias a los convenios que la ATU firmó con las municipalidades de Lima, Jesús María, La Molina, San Borja, Santiago de Surco, San Miguel, Santa Anita y con Lima Airport Partners (LAP), operadora del aeropuerto Jorge Chávez

En ese sentido, en dicho periodo, personal de la ATU y de la Municipalidad de Lima lograron evidenciar en videos y fotografías registradas por las cámaras instaladas en las avenidas Abancay, Garcilaso de la Vega, Nicolás de Piérola y Grau, que 860 vehículos cometieron 1792 infracciones.  

En el caso de La Molina, en el mismo periodo, las cámaras de seguridad detectaron que 590 vehículos informales cometieron 772 infracciones en la av. Javier Prado, mientras que, en el distrito de San Borja, en la misma avenida, 486 unidades cometieron 566 infracciones. 

En el distrito de Santiago de Surco, las cámaras de esta comuna detectaron en las avenidas Alfredo Benavides, Ayacucho y Los Ingenieros 479 faltas al reglamento cometidas por 402 vehículos. En San Miguel, las cámaras detectaron en la av. La Marina que 48 vehículos cometieron 54 infracciones a la normativa.

En Santa Anita, 106 vehículos de transporte informal cometieron 116 infracciones mientras que, en Jesús María, nueve unidades cometieron nueves infracciones. 

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Finalmente, en el estacionamiento del aeropuerto Jorge Chávez, se detectó que 77 unidades que brindan el servicio de taxi informal cometieron 132 infracciones. 

Tras la detección de las faltas al reglamento, la ATU inicio los procedimientos administrativos sancionadores para cada vehículo registrado. 

La entidad agregó que, gracias a esta fiscalización electrónica, sus fiscalizadores se exponen menos a ser agredidos por malos transportistas quienes recurren a actos violentos para librarse de posibles multas.