El Callao podría convertirse en pionero de un ambicioso proyecto urbano y costero con la propuesta de crear la primera península artificial del país, una megaobra que ganaría terreno al mar para transformar la zona en un nuevo núcleo de desarrollo económico, recreativo e inmobiliario. La iniciativa, inspirada en modelos internacionales como Dubái, busca dar un salto tecnológico y urbanístico en el litoral peruano.
El proyecto está siendo promovido por Proinversión como una iniciativa privada desde fines de 2024, y prevé levantar la península frente al mar del distrito de La Perla, ocupando aproximadamente 2 millones de metros cuadrados (unas 200 hectáreas). De esta superficie, la mitad se destinaría a áreas verdes, parques y recreación pública, mientras que la otra mitad sería desarrollada para viviendas, comercios y emprendimientos turísticos. También se planean muelles para embarcaciones menores, parques acuáticos y playas públicas y privadas.
La elección del Callao responde a su rol estratégico como salida natural al mar de Lima Metropolitana, con una alta densidad poblacional y, por tanto, una alta demanda urbana. El proyecto estaría conectado con la ciudad a través de la avenida Santa Rosa, lo que facilitaría el acceso desde el aeropuerto Jorge Chávez.
Según explicó Mario Hernández, director de Proyectos de Proinversión, el proceso contempla varias etapas: desde la evaluación estatal, la declaratoria de interés, hasta una posible adjudicación directa o concurso público si existen otras empresas interesadas. Este cronograma podría permitir una adjudicación hacia fines del 2025, y el inicio de la construcción en los años siguientes.
La edificación de la península demandará al menos 3 a 4 años, sumando fases de permisos, ingeniería y construcción. Hernández enfatizó que si bien se busca eficiencia, este tipo de obras requiere tiempos técnicos realistas, incluso comparables con proyectos similares de talla mundial.
Este megaproyecto podría marcar un hito en la planificación urbana del Perú, combinando innovación tecnológica, sostenibilidad ambiental y visión de largo plazo. Su ejecución exitosa no solo revalorizaría el Callao, sino que colocaría al país en el mapa de las grandes transformaciones costeras del mundo.