En su primera conferencia de prensa luego de que el papa Francisco lo incluyera en el nombramiento de 21 nuevos cardenales, el monseñor Carlos Castillo se refirió a la ley que modificó la normativa sobre crimen organizado, y pidió su derogación al Congreso. En ese sentido, refirió que se está violando el principio de cuidado de las personas para priorizar intereses personales.
«Existe una dificultad muy grande de las personas que asumen gobiernos o responsabilidades de autoridad. El problema deriva en que todos creemos que podemos ser gobernantes. Evidentemente, no es un privilegio, pero tampoco cualquiera lo puede hacer (…). Da la impresión de que los que estamos gobernando no tenemos mucha vocación para gobernar. Y cuando uno llega al Gobierno empieza a pensar en sí mismo y usa el cargo para propio beneficio», dijo el nuevo cardenal de la Iglesia católica.
«Hay problemas serios de indiferencia y signos de complicidad con el mal. Invito personalmente a recapacitar y reformular esas leyes o a derogarlas. Sobre todo por el principio que está siendo violado, que es el cuidado de las personas, en función de ceder a algunos intereses», manifestó.
«Hago un llamado a nuestros hermanos del Congreso que escuchen la voz del pueblo y la voz del Señor. No podemos seguir amparando cosas terribles como esas leyes que están sirviendo de sombrilla para que llueva el malestar, la amenaza, el chantaje y otro tipo de cosas terribles», agregó.
«Es una gran alegría continuar la sucesión de los cardenales»
En otro momento, Castillo dijo sentirse alegre por haber sido nombrado como nuevo cardenal de la Iglesia católica y precisó que lo primero que hizo tras conocer la noticia fue dar gracias a Dios y meditar respecto de lo que conlleva esta responsabilidad.
«Quiero, en mi primer lugar, agradecer al santo padre por esta nueva responsabilidad que me da en la iglesia (…). Es una gran alegría continuar la sucesión de los cardenales de la iglesia de Lima, porque nos asociamos a un encuentro de comunión de esta iglesia misionera», aseveró.
«Estaba durmiendo. Me he enterado por la luz del celular. Vi que habían en ese momento 174 Whatsapp. Al poco rato, llama el cardenal Barreto y me dice: ‘oye, ha pasado esto’. Me quedé un poco perplejo. Después de eso veo y había 800 mensajes. Lo que he hecho simplemente es irme a rezar a mi capillita, a darle gracias al señor y a pensar y meditar en la responsabilidad que tengo», finalizó.