El cobre chileno se impone como aliado estratégico de Estados Unidos al quedar libre de nuevos aranceles comerciales. La decisión fue celebrada por las autoridades del país sudamericano, que destacaron el rol fundamental del metal rojo en el desarrollo industrial de su principal socio norteamericano.
El presidente estadounidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva que impone un arancel global del 50 % a productos semielaborados de cobre. Sin embargo, Chile quedó exento de dicha medida, lo que permitirá mantener a cero los aranceles sobre sus exportaciones de cátodos, concentrados y chatarra. Esta exclusión fue saludada por el ministro chileno de Hacienda, Mario Marcel, quien subrayó que es una «buena noticia» tanto para su país como para la industria estadounidense, que depende en gran medida del suministro chileno.
Con más de 5.600 millones de dólares exportados en 2024 y 500.000 toneladas de cobre enviadas a Estados Unidos, Chile se consolida como el principal proveedor de este recurso esencial, representando el 70 % de las importaciones estadounidenses. Le siguen, con mucho menos volumen, México, Canadá y Perú.
Las autoridades norteamericanas justificaron los nuevos aranceles como una medida de protección frente a la sobreoferta global, la cual, aseguran, amenaza la seguridad nacional. No obstante, Chile fue excluido por ser considerado un proveedor confiable y transparente que fortalece en lugar de debilitar la industria local.
La ministra de Minería, Aurora Williams, y el canciller Alberto van Klaveren revelaron que las gestiones comenzaron en febrero y se abordaron como un esfuerzo de Estado, con un enfoque técnico, diplomático y reservado. La estrategia fue clave para que Washington reconozca a Chile como un socio estratégico y mantenga sus productos sin barreras comerciales.
Esta medida refuerza la importancia geopolítica del cobre chileno y la necesidad de mantener relaciones comerciales basadas en la confianza y la estabilidad. Además, fortalece la posición de Chile en un mercado global cada vez más competitivo, asegurando beneficios económicos y estratégicos para ambos países.
