Productos de contrabando fueron incautados en mercado de Santa Anita, bodegas del Centro de Lima y San Borja.

Miles de cigarrillos falsificados fueron incautados por agentes de la Policía Nacional y personal de fiscalización en el Mercado de Productores de Santa Anita, así como en bodegas del Centro de Lima y San Borja. Las autoridades informaron que se trata de productos que fueron elaborados en Paraguay sin ningún control sanitario y que generan un grave riesgo para la salud de los consumidores.

Como parte de los esfuerzos para contrarrestar los delitos contra la salud pública y contra la propiedad intelectual, agentes de la Dirección de Seguridad del Estado llegaron hasta el Mercado Productores de Santa Anita, donde tenía información de que se comercializan cigarrillos que ingresaron al país de contrabando.

Fue así que las autoridades encontraron cientos de cajetillas de cigarrillos de las marcas Golden Beach, Hamilton, Kent, entre otras, que no contaban con las advertencias sanitarias. Debido a que los propietarios no tenían los documentos que acrediten su legal procedencia, se procedió a la incautación de los productos para su posterior destrucción.

De otro lado, personal de la Municipalidad de Lima, en coordinación con la Policía, descubrieron gran cantidad de cigarrillos, entre vencidos y adulterados, durante su recorrido por diferentes negocios del Centro de Lima.

En algunas bodegas ubicadas en el Centro de Lima, ofertaban cigarrillos cuyas cajetillas no tenían las advertencias sanitarias dispuestas por el Ministerio de Salud. Asimismo, en San Borja, personal municipal retiró miles de cigarrillos que no contaban con documentación que acrediten su procedencia.

Leer  FAMILIAS INGRESARÁN GRATIS A CLUBES ZONALES ESTE 18 DE ENERO

Los fiscalizadores también informaron que dichos productos, de fabricación paraguaya, ingresaron al país a través de la frontera con Bolivia e indicaron que se sospecha que la mercadería ilegal sería comercializada por mafias y bandas criminales dedicadas al contrabando, las cuales utilizan a estos pequeños comercios para vender productos ilícitos que podrían estar vinculados a otros delitos como sicariato y extorsión.