Isabella Chancahuana tiene 22 años, estudia Física en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ya es embajadora de Semillas para el futuro, una iniciativa de Huawei que busca acercar a los jóvenes a las carreras STEM, para desarrollar sus intereses y contar con una nueva generación de científicos o ingenieros.
Su interés por esta rama de las ciencias surgió desde que era muy pequeña, y en parte probablemente debido a que su propia madre se dedicaba a la Física médica. Ese fue su primer objetivo, pero con el paso de los años, y luego de trabajar en ámbitos más relacionados a lo tecnológico, se dio cuenta de que la física también podía usarse para cosas relacionadas a las telecomunicaciones y lo electrónico.
Isabella declara a la Agencia Andina que si bien la carrera es exigente, si uno hace lo que realmente le gusta, esto no se siente como un trabajo o una obligación. También es consciente de que, tal vez, estudiar una ciencia base podría considerarse un privilegio, ya que muchas personas consideran que no existe campo laboral para esta materia en el Perú, pero eso no es más que una suposición incorrecta.
La Física para mejorar el sistema de salud
Un ejemplo es la opción por la que decidió, en primer lugar, estudiar física: la física médica, la cual va en conjunto con la física nuclear cuando se trata de mejorar el sistema de salud.
Con esta rama, se pueden realizar investigaciones sobre el uso de la quimioterapia para el tratamiento de las personas con cáncer y en cómo disminuir los efectos que esta energía tiene sobre las personas.
También se tienen las ciencias espaciales, presentes en institutos como el IGP, en los que se analiza una gran cantidad de datos relacionados a esta carrera. Si al estudiante le interesan más los temas de investigación, también existe la física teórica. Y por último, lo que la llevó a ser ahora vocera de Huawei, la física relacionada a las telecomunicaciones o física en estado sólido.
La realidad es que, en este campo, uno tiene la oportunidad de aprender de todo y estudiar de todo, ya que la física es el ser base de lo que nos rodea.
Isabella lleva cuatro años en la facultad de Física, y desde que ingresó a la universidad, su familia le dijo que se iba a encontrar con muchos más hombres que mujeres en su salón. Aquello se hizo realidad. El primer año de estudios, cuenta que solo eran 4 mujeres, las cuales se sentían un poco perdidas en ese ambiente, pues incluso los profesores eran todos hombres.
Con el tiempo, las cosas fueron cambiando. Isabella comenta que fueron cada vez más las mujeres que se unían a la facultad, y que al ser una minoría, se formaban grupos de apoyo fácilmente. Conforme iban avanzando en la carrera, también veían a más profesoras mujeres, por lo que cada vez contaban con el apoyo de más personas.
Esto la llevó al grupo de Women for Engineering, de su misma casa de estudios. A pesar de que creyó que no la iban a dejar unirse, debido a que ella era de una carrera de ciencias completa y no de ingeniería, Isabella encontró en este grupo una comunidad como ninguna otra. Mujeres de diversas áreas que eran usualmente controladas por hombres se reunían para apoyarse y pasarse la voz de oportunidades laborales, de voluntariados o para charlas.
“Es una comunidad bastante vibrante, que promueve la visibilidad y la participación de más niñas en las ciencias e ingenierías”, señala.
Como parte de este grupo, Isabella ayudó a la organización de diversos conversatorios, pero a la hora de buscar exponentes se encontraron con el primer obstáculo, y es que no existen tantas exponentes mujeres como si lo hay hombres.
Señala que este fue uno de los primeros encuentros con la realidad que tuvieron, y les hizo darse cuenta de lo importante que era la visibilidad de las mujeres en la ciencia.
Pues si las niñas solo ven hombres exponiendo, no se podrán identificar o verse a sí mismas en aquella posición. “Creo que eso es importante porque refleja y le permite a muchas más niñas y mujeres tomar un rol y decir ok ella pudo porque ella le gusta porque es buena entonces si a mí me gusta yo estudio también soy bueno y puedo llegar a mi objetivo, ¿no?”.
La visibilidad de las mujeres en ciencia
Para Chancahuana, la visibilidad de las mujeres científicas es algo sumamente importante para el crecimiento de las áreas STEM en el Perú. “Creo que eso es importante porque refleja y le permite a muchas más niñas y mujeres tomar un rol y decir: ‘Ok, si ella pudo dedicarse a esto porque le gusta y porque es buena, entonces si a mí me gusta, estudio y también soy buena puedo llegar a mi objetivo’ ¿ no?”
Haciendo uso del conocido refrán “ver para creer”, Isabella explica que esta visibilización crea grandes diferencias. Esto debido a que, a pesar de que las niñas puedan tener apoyo en casa o se les llene de palabras motivadoras, a veces si no se cuenta con rol o modelo a seguir, la posibilidad de dedicarse a las ciencias y hacer un cambio en el mundo puede verse muy lejana y casi utópica.
Además, el contar con estos roles puede preparar a las futuras científicas a los obstáculos y retos a los que se van a enfrentar una vez se adentren en el ámbito de las ciencias. “Todavía hay una brecha y lamentablemente todavía hay prejuicios, entonces tener una mentora, una asesora a quien mirar y que pueda apoyarte es importante”, declara.
Formando talento en ciencia
Su trayectoria en búsqueda de esta representación la llevó a escuchar diversas charlas y conferencias, gracias a las que puedo recibir ayuda, consejos y asesoramiento de las exponentes que se presentaban en ellas.
Además, tuvo la oportunidad de viajar al exterior como parte de su labor como vocera de «Semillas para el futuro» para asistir a un encuentro de mujeres en STEM, gracias al cual pudo formar otro grupo de amigas conectadas por su amor a las ciencias, que ahora residen en diversas partes del mundo.
Isabella señala también que aún quedan muchos espacios y temas por investigar relacionados a la física, temas que tal vez no se habían considerado antes pero que, gracias a las diversas experiencias que viven las mujeres en su día a día, pueden ser explorados correctamente.
“Hay mucho mucho que enfocar, y no es porque las mujeres seamos más sensibles y seamos receptoras, sino que a veces tenemos que estar alerta y eso nos permite ver nuevas oportunidades para desarrollar diversas iniciativas, algunas relacionadas al tema de la ciberseguridad, por ejemplo”, explica.
Como mensaje a todas las niñas pequeñas que buscan dedicarse a las ciencias STEM, Isabella opina que uno de los factores que más deben considerar es su amor o interés hacia estas ciencias. ¿Realmente consideran que es un trabajo que disfrutarán?
Además, señala que es sumamente importante que se informen sobre todas las ramas que estas ciencias ofrecen, ya que muchas veces las personas no saben de qué se tratan realmente estos estudios.
Si las niñas encontraron una rama que las motive y les interese lo suficiente como para sentir que ese trabajo las motiva y que lo disfrutan al máximo, entonces es su oportunidad para sumergirse en las áreas STEM.
Isabella aconseja que aprovechen ahora, que hay cada vez más niños y niñas interesados en estas áreas, lo que permitirá que la creación de comunidades conformadas por mujeres que podrán estar presentes para brindar toda la ayuda y el apoyo que se necesiten sea mucho más fácil.
(ANDINA)