Por: María Fernández Arribasplata
La bandera peruana flameó en el Ártico gracias a la bióloga Ruth Quispe, quien emprendió un viaje de 12 días a esta zona tan extrema del planeta como parte de una expedición científica que está conformada por investigadores de Estados Unidos y Europa. Siendo Ruth Quispe la única mujer e investigadora peruana que integró el equipo.
Explicó a la Agencia Andina que gracias a esta expedición – que inició el 12 de agosto y finalizó el 25 – pudo tomar muestras de sedimentos que la ayudarán a entender la formación del suelo en un entorno afectado por la desglaciación, el calentamiento global y cómo los microorganismos empiezan a cambiar el ecosistema del Ártico.
En las fotografías compartidas a través de sus redes sociales, se puede ver a Ruth Quispe en plena búsqueda de muestras, la cual son analizadas ahora que está de vuelta al Laboratorio de Observatorio Microbiano, donde actualmente es estudiante de doctorado y su línea de investigación es la ecología microbiana.
“Se extraerá el ADN para identificar los microorganismos que están apareciendo a través de los años por la desglaciación. Con eso, nosotros nos damos una idea en qué estado está el suelo: si ya es un suelo formado o todavía tiene algunos remanentes de minerales del glaciar o ya es un ecosistema muy diverso por medio del ADN. Todo esto es importante porque vamos usar esta información de los microorganismos y la información satelital para poder predecir en cuánto tiempo todo el glaciar se va a derretir, en cuánto tiempo ya no habrá minerales producto de la desglaciación, sino un suelo completamente rico y también qué ecosistemas van a venir”, explica.
En Estados Unidos este tipo de investigaciones causa mucho interés, agrega la bióloga, precisamente la National Science Foundation- similar a Concytec en el Perú – está muy interesada en entender, no solamente qué va a pasar en el Ártico sino utilizar esta información para extrapolarlo en el mundo.
“Esa información servirá para saber en qué momento vamos a perder reservas de agua, en qué momento esto se va convertir de un nevado a un nuevo ecosistema de plantas, por eso es que estamos estudiando”, señala la joven científica.
Antes del viaje comentó la gran expectativa que tenía de esta nueva experiencia. “Es una mezcla de emociones. Tengo mucha expectativa pero también un poco de miedo, pero estoy más emocionada por todo lo que voy a encontrar. Un científico siempre cuando llega a la zona, se da cuenta de que el diseño fue una cosa previa al viaje, pero ya viendo toda la geomorfología de la zona, te da una mejor idea de qué muestras tomar y que no”, precisó.
Próximos resultados
“Las muestras son traídas en perfectas condiciones de esterilidad y con una cadena de frío apropiadas para que no dañe el ADN y el ARN de estos microorganismos. Entonces, una vez en el laboratorio, lo que nosotros tenemos que hacer es ponerlos a una refrigeradora de al menos 80 para poder preservarlas e ir sacando una por una para extraer el ADN y el ARN”, detalló Quispe.
Además, como parte de su investigación doctoral, la bióloga analizará el hierro, carbono, nitrógeno, otros nutrientes y minerales del suelo para ver si estos provienen de los microorganismos o provienen del permafrost, un material congelado que se encuentra en el subsuelo del nevado o también en la parte frontal del nevado.
“Toda esa información servirá para saber cuál es la razón de la desglaciación o cuál es el factor que acelera la desglaciación ¿Es la riqueza que tiene el permafrost, los minerales, los microorganismos o es la temperatura? Son interrogantes que deberé resolver, porque son elementos específicos que vamos a utilizar en nuestros modelos”, precisa.
Los resultados de esta investigación serán publicados en revistas científicas.
Camino científico
Ruth Quispe se formó en las aulas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego viajó a los Estados Unidos para hacer su doctorado en la Universidad de Colorado Bulder.
Antes de la pandemia, Ruth Quispe Pilco fue noticia en diversos medios por su proyecto KillaLab. El proyecto tenía como objetivo analizar la supervivencia en la Luna de biopelículas de cianobacterias (capas verdosas que crecen sobre las rocas). Incluso se planeó llevar estas muestras a nuestro satélite como carga útil de alguna próxima misión, pero no fue posible.
Pero las cosas buenas también llegaron de la mano de KillaLab. Este proyecto científico le abrió muchas puertas y obtuvo un financiamiento de National Geographic para el estudio de microorganismos en zonas altoandinas. Años después continúa investigando en lo que más le apasiona.
Preocupación por el cambio climático
La bióloga peruana también muestra su preocupación por todo lo que está sucediendo en nuestro planeta.
“Ya es certero que vamos a perder muchas reservas de agua y muchos ecosistemas van a cambiar. El año pasado inicié esta investigación con el análisis de muestras, pese a que no viaje, me dieron muestras de la expedición anterior en la que mi jefe viajó y yo lo analicé completamente y hay un cambio drástico que existe en la progresión de la formación del suelo. Entonces sí es preocupante porque además esta simulación nos va a poder ayudar a entender lo que va a pasar en otras partes del mundo no solamente el Ártico, también está relacionado con el tema con la pérdida de agua en Uruguay», revela.
La bióloga resalta la importancia de preocuparnos todos por el planeta, desde autoridades hasta la población en general. «Yo lo estoy estudiando desde el punto de vista molecular, pero no necesitas entender el ADN para que todos se den cuenta que estamos perdiendo recursos”, concluye.
(ANDINA)