Por: Abraham Fudrini
Militante del CED de Miraflores.
Algunos compañeros apristas celebran jubilosamente las inversiones chinas en Perú y consideran que son de gran importancia para el futuro de nuestro país. Sus apreciaciones se basan en que, por ejemplo con el mega puerto de Chancay las importaciones desde Asia se concentrarán en Chancay y desde allí serán distribuidas a Chile, Ecuador, Colombia, Brasil y otros países que tienen límites y están conectados con nuestro territorio. Igualmente las exportaciones de estos países latinoamericanos saldrán por el mega puerto del Callao. De esta manera la economía peruana se beneficiará de varias formas y nuestra patria se potenciaría enormemente. Es lógico y ya se sabe que sucedería así, porque un ahorro de 10 a 12 días para llegar a Asia es sin duda una ventaja económica y de seguridad para las mercancías que conviene que lleguen a sus destinos en el menor tiempo posible.
Sin embargo esta concepción no deja de ser superficial y simple, ya que es necesario tener consciencia y comparar con otros países que han experimentado las consecuencias de las inversiones de China que siempre tienden a partir con un porcentaje asociado de la localidad, pero con una tendencia a alcanzar el 100% de todo el accionariado, así paguen más que los precios que son definidos por el mercado, ya que cuentan con un gigantesco respaldo financiero sin competidor en América Latina.
Recordemos que cuando triunfó la revolución cubana, los apristas la aplaudimos y altos dirigentes visitaron la isla de Cuba. Sin embargo este apoyo duró muy poco, porque cuando los dirigentes cubanos decidieron someter su soberanía a Rusia, el Partido Aprista Peruano le negó su apoyo. Cierto que los apristas rechazamos todo imperialismo, sin embargo EE.UU era y es un país democrático que defiende y asegura los derechos humanos, mientras que Rusia siempre fue una dictadura que no respeta las libertadas de los pueblos, de los individuos y de las soberanías de los países.
Este precisamente es el peligro de caer sometidos económicamente a la dictadura China, prepotente con los trabajadores y sin importarle la soberanía nacional. Hay ejemplos que prueban el rechazo de los trabajadores peruanos a la dictadura, prepotencia y maltrato de los chinos con los trabajadores peruanos.
En 1995 varios observadores expresaron preocupación acerca de que las compañías mineras chinas que operan en Latinoamérica se encuentren violando los estándares laborales y ambientales en mayor medida que otras compañías mineras extranjeras. Los críticos apuntan a una operación en particular en Shougang Hierro Perú como evidencia de la amenaza que representa China para los trabajadores y el medio ambiente en América Latina. Se cree ha que Shougang ha sufrido más huelgas porque tiene un récord mucho peor de seguridad laboral y protección ambiental.
Cerca de un cuarto de siglo después, en 2023, las quejas son similares en la construcción del mega puerto de Chancay, ciudad donde se han afectado viviendas y que las explosiones propias de la construcción no respetan los acuerdos firmados con Perú.
Este mismo fenómeno ha ocurrido en Colombia y en otros países de Sudamérica que se enfrentan a la prepotencia y maltrato de los empresarios chinos.
La ambición y perseverancia china es tal que, tras dos intentos fallidos, le adjudicaron la mayor hidroeléctrica de Colombia: Hidroituango y fue un camino lleno de polémicas y cuestionamientos.
La primera obra de infraestructura de alto impacto que se le adjudicó a China en Colombia fue la autopista Mar 2. Inicialmente tenía un 30 por ciento de participación, esto se debe a que la estrategia de China comienza con una participación de propiedad menor y luego aumentan con el tiempo.
Además se ha delatado también el poco empleo local que generó la obra, era poca la gente del pueblo trabajando para el proyecto, mientras que se instalaron grandes campamentos para los empleados chinos. Se intentó averiguar directamente con cuánto personal chino contaban las obras, pero no fue posible, pues ellos no cuentan nada, todo es secreto.
Trasladándonos nuevamente a Perú, debemos recordar que la semana pasada el Financial Times mostró la preocupación del gobierno norteamericano por el evidente potencial bélico del mega puerto que China construye en Chancay.
Hay que ser ingenuos para pensar que es mera coincidencia que gobiernos afines a China (Humala, Vizcarra, Castillo, Boluarte) o funcionales a ella (PPK y Sagasti) hayan creado las condiciones de inseguridad física y jurídica que redujeron el atractivo económico peruano, para abrir las puertas a la dictadura asiática.
Hasta hoy las inversiones de China en Perú es cercana a los 15 mil millones de dólares y se ha convertido en el principal socio comercial.Se calcula que con 32 proyectos ha generado más de 18 mil empleos.
La preocupación de EE.UU por la estrategia china, es que la dictadura de Asia construye este mega puerto para “doble uso”: para tráfico de carga y para ser usado por la marina de Beijing para reabastecer sus buques de guerra.
Es preocupante porque EE.UU podría vetar a Perú con los préstamos del BID y el FMI, e inclusive, por su influencia, impedir el ingreso de Perú a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
El principal problema es que el capital chino ha adquirido electricidad, minería y otras compañías que, geopolíticamente, justifican la preocupación de EE.UU.
Suiza, 31 de diciembre de 2023.