• Mediante bombas se sube el agua a las partes altas, donde los techos de las modestas viviendas rozan con el firmamento.
La titánica y solidaria tarea de llevar agua potable de emergencia a la punta de los cerros limeños, ha tenido reconfortantes frutos.
Más de 20 mil personas del asentamiento humano Juan Pablo II, de San Juan de Lurigancho, se benefician con este programa que lleva adelante la Municipalidad Metropolitana de Lima, por intermedio de la Fundación Lima.
A través de bombas se sube el agua hasta las cumbres de los cerros, depositándola en tanques. Atrás quedaron esos duros momentos en que los modestos vecinos tenían que subir el líquido elemento con baldes y botellas, con el riesgo de caídas, pérdida del agua y sufrir golpes y fracturas.
Este resultado no hubiera sido posible de no mediar la Fundación Lima, que de la mano con el apoyo de empresarios privados permiten que el agua potable llegue hasta las viviendas de miles de peruanos que viven en cumbres y laderas de empinados cerros limeños.
Este programa lo impulsa Rafael López Aliaga, el alcalde de los cerros, con el objetivo supremo de mejorar la salud y la calidad de vida de miles de moradores. La Fundación Lima, con más de una treintena de años de servicio social, es el soporte financiero y solidario que hace posible que el agua llegue a las modestas viviendas, cuyos techos rozan con el firmamento.