La Confiep cuestionó la designación de Alejandro Narváez como presidente de Petroperú, señalando que su perfil político no es el adecuado para la dirección de la empresa, la cual necesita un técnico con experiencia, no un político.
El viernes pasado, se conoció que Alejandro Narváez había sido nombrado presidente de Petroperú. Narváez, quien ocupó dicho puesto entre 2003 y 2005, ha sido criticado por su vinculación política con el partido Juntos por el Perú, y por un proceso judicial pendiente relacionado con un presunto delito ocurrido en 1973.
El presidente de Confiep, Antonio Bustamante, expresó su sorpresa ante el nombramiento, señalando que la situación de Petroperú requiere un perfil técnico, no un perfil político. Según Bustamante, Petroperú enfrenta problemas serios, no solo de liquidez, sino de gestión estructural, y es necesario un líder con la capacidad de generar confianza en la empresa.
Además, Bustamante calificó el nombramiento de Narváez como un «despropósito» y pidió a la presidenta Dina Boluarte que rectificara la decisión. También destacó que la designación ya ha generado renuncias dentro del directorio, lo que refleja una crisis interna en la empresa.
El presidente de Confiep sugirió que las presiones internas dentro de Petroperú, y en particular de una planilla dorada, podrían haber influido en la decisión del gobierno. Según Bustamante, estas personas podrían estar favoreciendo un status quo que mantenga el flujo de dinero público hacia la empresa sin abordar sus problemas de fondo.
El nombramiento de Alejandro Narváez ha desatado un debate sobre la gestión de Petroperú y las prioridades del gobierno en cuanto a la selección de liderazgo en empresas estatales. Si el gobierno no toma medidas para reconsiderar esta decisión, podría enfrentar un desgaste de confianza tanto en el sector privado como en la opinión pública, lo que dificultaría la capacidad de Petroperú para superar su crisis financiera y organizativa. (RPP)