El expresidente boliviano Evo Morales reafirmó que participará en las elecciones generales de 2025, incluso si debe recurrir a una sigla política «prestada» o «regalada». Esta decisión surge mientras continúa la disputa legal por recuperar el liderazgo del Movimiento al Socialismo (MAS).
Durante su programa radial dominical en Kawsachun Coca, Evo Morales enfatizó que, de no ganar las batallas jurídicas para retomar el control del MAS, buscará otras alternativas para postularse. “El tema de la sigla no es problema”, afirmó, señalando que en los años 90 ya enfrentó una situación similar al utilizar una sigla política prestada debido a la supuesta injerencia de la Embajada de Estados Unidos en el entonces órgano electoral boliviano.
Morales acusó al Gobierno de Luis Arce y a la derecha política de trabajar, bajo la influencia estadounidense, para debilitar al que considera “el instrumento político más grande de la historia de Bolivia”. Además, cuestionó la capacidad de Arce para conseguir el 3 % mínimo requerido por ley para mantener la personalidad jurídica del MAS en caso de que este busque la reelección.
El expresidente también se refirió a la reciente decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de reconocer como nuevo líder del MAS al dirigente campesino Grover García, alineado con Arce. Esta resolución, respaldada por el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), despoja formalmente a Morales de su liderazgo en el partido tras casi 30 años.
El escenario ha generado tensión entre los seguidores de Morales, algunos de los cuales han planteado la posibilidad de renunciar masivamente al MAS. Sin embargo, el exmandatario les pidió calma y prometió analizar la situación en una reunión a puertas cerradas. La decisión del TCP también complica las aspiraciones políticas de Morales, ya que limita a dos periodos, continuos o discontinuos, el tiempo que las autoridades electas pueden permanecer en el poder.
Con un panorama político polarizado, Evo Morales continúa buscando alternativas para mantenerse vigente en el ámbito político boliviano. Su insistencia en la unidad del oficialismo será clave para definir el futuro del MAS y su propio destino político en las elecciones de 2025.