Un conglomerado de situaciones, siendo la principal razón la escasez de medios de producción, pues en el periodo de 2020 hasta 2022 la población de gallinas se redujo de 33 a 23 millones. Esta traba para generar la producción habitual de huevos ha provocado que los precios suban en una coyuntura que, por si fuera poco, choca con la crisis económica en el Perú y con la limitación del caudal económico del ciudadano promedio. Entonces, el producirse menos a un mayor precio para un pueblo cuyos ingresos a la vez disminuyen, hunden a este sector en un abismo económico que provocará la caída de la producción y los recursos aún más en años venideros.

Según cifras de la Asociación de Avicultores del Sur (Avisur), las cifras bajaron en un 40 % este año a raíz de los altos costos de producción, que elevaron el precio del producto avícola. Ahora el consumo per cápita llegó a 100 unidades hasta junio de este 2022, y el pronóstico a diciembre no supera los 180 por persona

Consecuencia de esto, el contrabando de este producto para ser adquirido a casi la mitad de su valor regular ha incrementado hasta representar el 12% del consumo nacional, concentrado en ciudades del Sur, en especial las limítrofes con Bolivia. Esto además, representa un riesgo de salud, pues La semana pasada se decomisaron dos tráileres y un camión de huevos que entraron por desaguadero y se distribuían desde Juliaca a ciudades del sur. Los problemas son las enfermedades, porque en Bolivia está fuerte la laringotraqueitis y la Newcastle; además de salmonella.

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