Por: Abraham Fudrini.

La clase política peruana ha envejecido, al extremo de casi no servir para gobernar en estas nuevas condiciones, además algunos partidos podrían dejar de existir, es vital reforzar y hasta reformular las ideologías partidarias para abrir paso a la emergencia de nuevos rostros de todas las generaciones de los partidos políticos.

Estos nuevos rostros de todas las generaciones deben consciente y dignamente ocupar los puestos de gobierno y dirección del Estado dentro y fuera del territorio nacional
Son nuevos rostros de todas las generaciones quienes que no han sido elegidos en elecciones nacionales y regionales y que no hayan sido ministros, todos conocidos por la opinión pública.

Quiero decir que la inmensa mayoría de apristas, en el caso del PAP, puede candidatear. Solo excluyo a los apristas que ya han ejercido el poder del Estado y llevan consigo la duda política del mal frente al bien común.

Puedes ser dirigente, intelectual, etc., pero siempre has estado marginado por las normas y reglamentos internos que ayudan a perdurar estos cánceres producidos y mantenidos por la argolla o nunca tuviste ni tienes la oportunidad de ser candidato a presidente, vicepresidente o congresistas, ni de ser llamado para ministro de Estado.

Podría haber pocas excepciones de esta regla, pero es imprescindible que el PAP cambie los rostros desgastados, jubilables en la política electoral y pasen a la banca de reserva para seleccionar entre ellos a los nuevos conductores de las instituciones del Estado (ministerios, embajadas, instituciones internacionales, etc.) de todo nivel, dentro y fuera del país, si es que ganamos las elecciones generales como es nuestro objetivo.

La realidad es que hoy ellos, los rostros políticos desgastados, son rechazados electoral y partidariamente. Cierto que los apoyan sus clientes internos que no son conscientes del grave daño que están haciendo al PAP.

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Lo real es que son rechazados desde hace años, sin razón o con razón, la mayoría de peruanos, de apristas, de medios de comunicación nacionales y de la opinión pública no votaría por ellos.

Si el PAP está primero es necesario apoyar a los rostros nuevos de todas las generaciones que son muchos y en porcentaje muy significativo son iguales y mejores calificados que los que hoy se aferran al poder como la hiedra.