Jamás me resignaré a ver la pobreza como parte del paisaje, fue un principio que Lucho Castañeda Lossio se auto impuso en su vocación de servidor público.

Especialmente durante los doce años como Alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Lima elegido por voto popular.
Castañeda Lossio fue un luchador social que a temprana edad ya vislumbraba su espíritu social en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en las diferentes y delicadas tareas que cumplió con esmero en apoyo a los sectores más desposeídos.

En recorridos por la periferia de Lima Lucho Castañeda pudo comprobar la estreches en las que vivían millones de peruanos asentados en escarpados cerros. Sin agua, sin luz, sin vías de comunicación, sin recreación, sin salud…es decir sin nada.
En medio de esa soledad le surge la idea de construir escaleras solidarias, que luego se convierten en un éxito y en mejora de la calidad de vida.

Las escaleras irrumpen por todas partes – por Lima Norte, Este, Sur y Lima Centro – desde la cumbre de los cerros se ven las escaleras como unas serpentinas por la otra Lima que generalmente no se divisa.

Luego vienen los Hospitales de la Solidaridad, los clubes Zonales, los muros de contención, pistas veredas, las casas solidarias, los intercambios viales, el Metropolitano, su preocupación por los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.

No exageramos al decir que ha sido el mejor alcalde de Lima en todos los tiempos.

A su tarea municipal hay que añadir el gran papel que cumplió como presidente del Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS), hoy Essalud. Reconstruyó esa institución que se encontraba en escombros y le dio viabilidad.

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Al recordarse su segundo año de fallecimiento vaya nuestra solidaridad con su familia, compañeros de trabajo, colaboradores y numerosos amigos que supo forjar gracias a su don de gente.

Que su obra sea un referente para el desarrollo de Lima y el Perú. (JAC)