Un atentado terrorista con un camión bomba en inmediaciones de la base aérea de Cali dejó seis muertos y al menos 71 heridos, la mayoría civiles. El presidente Gustavo Petro confirmó la captura de dos presuntos responsables vinculados a las disidencias de las FARC.
El ataque ocurrió la tarde del jueves en la Carrera Octava de Cali, una de las avenidas más transitadas, donde está ubicada la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez. Aunque el objetivo era una instalación de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), todas las víctimas mortales fueron civiles, incluido un menor de edad. Un segundo camión cargado con explosivos no alcanzó a ser detonado y quedó en la vía.
Durante un consejo de seguridad, Petro señaló que uno de los capturados, alias “Sebastián”, pertenecería al Estado Mayor Central (EMC), grupo disidente de las FARC que opera bajo estructuras del narcotráfico y mantiene nexos con mafias internacionales. Según el mandatario, este ataque sería una represalia por los golpes militares recientes en el Cañón del Micay, en el Cauca.
El presidente descartó declarar el estado de conmoción interior, pero adelantó que su Gobierno endurecerá medidas contra el narcotráfico, especialmente en la producción y salida de cocaína por el Pacífico colombiano. El hecho coincide con otro ataque ocurrido en Antioquia, donde murieron 12 policías antinarcóticos tras el derribo de su helicóptero.
Este nuevo episodio evidencia la amenaza de las mafias transnacionales que operan en Colombia y la compleja situación de seguridad que afronta el país, donde la violencia vinculada al narcotráfico sigue golpeando a la población civil.





