El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dejado claro este miércoles que su país no aceptará ser tutelado por ninguna nación, tras el anuncio de su homólogo estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel del 50 % a las importaciones brasileñas a partir del 1 de agosto. Lula afirmó que Brasil tomará contramedidas de acuerdo con la Ley de Reciprocidad Económica brasileña, advirtiendo que cualquier medida de tarifas elevadas será respondida firmemente.
El mandatario progresista convocó a sus ministros para analizar esta situación en una reunión urgente, y en una declaración oficial, reafirmó que Brasil es un país soberano, cuyas instituciones son independientes y no permitirán ser controladas por ningún poder extranjero. Lula se refirió a un proyecto de ley aprobado el 2 de abril por el Parlamento brasileño, que le permite al país tomar medidas de represalia ante barreras comerciales unilaterales.
La decisión de Trump de imponer este arancel está vinculada con su descontento por cómo Brasil ha manejado los casos judiciales contra el expresidente Jair Bolsonaro. Trump también justificó la medida debido a las acciones del Supremo Tribunal Federal de Brasil contra la desinformación en redes sociales. En respuesta, Lula subrayó que la libertad de expresión no debe confundirse con la agresión, y reiteró que todas las empresas deben cumplir con las leyes brasileñas si operan en el país.
El conflicto podría tener repercusiones en el comercio bilateral entre Brasil y Estados Unidos, con estadísticas que muestran un superávit de EE. UU. en el comercio con Brasil por 410.000 millones de dólares en los últimos 15 años. Lula dejó en claro que la soberanía y el respeto a los intereses del pueblo brasileño son los valores fundamentales que guían la relación internacional de Brasil.





