El PerúSAT-1 está a tres años de concluir su periodo estimado de actividad. Además de optimizarse el consumo de combustible para mantener y extender su tiempo de operatividad, la Agencia Espacial del Perú – Conida debe estar pendiente de que la basura espacial no afecte nuestro satélite de observación. Descubre qué acciones se toman para proteger al PerúSAT-1 y cómo se evitará que, al «jubilarse», se convierta en un desecho espacial peligroso para otros instrumentos científicos.
Desde el inicio de la era espacial -el 4 de octubre de 1957- ha habido más desechos espaciales en órbita que satélites operativos, revela la Agencia Espacial Europea (ESA) en un informe detallado sobre los debris o basura espacial. Los desechos espaciales se definen como todos los objetos artificiales, incluidos sus fragmentos, que se encuentran en órbita terrestre o que reingresan a la atmósfera y que no son funcionales.
Cada año, ESA publica un reporte con estimaciones sobre la cantidad de basura espacial, que ponen en riesgo a satélites administrados por agencias espaciales de todo el mundo. Es así que la edición de 2022 proyecta que hay 34,000 objetos con dimensiones mayores a 10 cm; 900,000 objetos de 1 cm a 10 cm; y 128 millones, de 1 mm a 1 cm. Incluso los más pequeños pueden representar un riesgo para un instrumento científico porque el impacto podría generar un cambio de órbita, lo que afectaría su funcionamiento. (ANDINA)