Desde su apertura el 1 de junio de 2025, el nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez ha recibido a más de un millón de pasajeros nacionales e internacionales, según reportó la concesionaria Lima Airport Partners (LAP). Sin embargo, el inicio de sus operaciones ha estado marcado por demoras significativas en el proceso de control migratorio, lo que ha generado malestar entre los viajeros.
El Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán) informó que los turistas extranjeros que ingresan al país han tenido que esperar hasta más de una hora en las colas de migración, un tiempo que supera ampliamente el máximo recomendado por la IATA (International Air Transport Association), que establece un límite de 10 minutos para este proceso. A pesar de que la muestra de datos recolectada es aún pequeña, Ositrán ha subrayado la importancia de continuar con la supervisión para asegurar el cumplimiento de los niveles de servicio establecidos en el ADRM (Airport Development Reference Manual), un documento clave para el diseño de aeropuertos internacionales.
Los resultados de la medición de tiempos de espera también incluyeron otros procesos clave en el aeropuerto. En el recojo de equipajes, la espera promedio fue de 8 minutos, lo que superó el tiempo idealmente estipulado de 0 minutos. En cuanto al control de seguridad, el tiempo máximo registrado fue de 17 minutos, también por encima del límite recomendado de 10 minutos. En contraste, el proceso de salida del país por migración cumplió con los tiempos establecidos, con una espera máxima de 10 minutos.
La medición, que también incluyó el proceso de facturación o check-in, mostró que el tiempo de espera excedió el mínimo de 20 minutos. Para ello, se evaluaron aerolíneas como KLM, Air France, Latam, entre otras, que concentran aproximadamente el 85% de los pasajeros del aeropuerto. Ositrán tiene previsto realizar una nueva medición en la segunda quincena de junio, cuyos resultados se publicarán a inicios de julio.
Este informe resalta la necesidad urgente de mejoras en la eficiencia del aeropuerto, especialmente en los procesos de migración y control de seguridad, para evitar mayores molestias a los pasajeros. Se espera que la supervisión constante de Ositrán impulse soluciones y optimizaciones que hagan del Jorge Chávez un aeropuerto más ágil y cómodo para todos los viajeros.