En el Día Mundial de la Agricultura, es oportuno reconocer el esfuerzo de miles de hombres y mujeres que impulsan un agro sostenible que les permite un mejor acceso a mercados internacionales.

Al respecto, Syngenta, propone una serie de soluciones innovadoras para enfrentar los desafíos actuales del sector, considerando, sobre todo, la gran diversidad de cultivos de la que goza nuestro país.

1. Mejora en el uso del agua. La implementación de nuevas tecnologías, como el riego por goteo, está revolucionando el uso del agua en la agricultura. Estas tecnologías optimizan el consumo del recurso vital, reduciendo el desperdicio y mejorando la eficiencia en el riego, lo que es crucial para la sostenibilidad de los cultivos.

2. Gestión responsable de residuos. Se están fomentando métodos de gestión de residuos que buscan minimizar su impacto ambiental. Esto implica amplios programas de reciclaje, una correcta separación de residuos peligrosos y esfuerzos para promover la reutilización de materiales en varias industrias.

3. Optimización de la logística. Para reducir la huella de carbono asociada al transporte de productos, se están implementando medidas para mejorar las cadenas de suministro y distribución. Estas incluyen la planificación de rutas más eficientes, el uso de tecnologías amigables con el medio ambiente en los vehículos de transporte y la optimización de la gestión logística para minimizar tiempos de espera y desplazamientos innecesarios.

4. Soluciones cero residuos. El Perú, principal exportador mundial de arándanos, enfrenta un alto registro de humedad en la costa, lo que afecta a los cultivos de arándanos, uvas y fresas. Este aumento de humedad eleva el riesgo de Botrytis cinerea o moho gris, que puede causar pérdidas de hasta un 65% en la postcosecha. Syngenta propone productos biológicos que controlen esta enfermedad sin dejar residuos químicos.

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5. Bioinsumos. El cambio climático está desafiando la agricultura con variaciones de temperatura que afectan el rendimiento de los cultivos. Los bioinsumos, derivados de microorganismos, extractos de plantas y componentes orgánicos, emergen como una alternativa sostenible para combatir plagas, aumentar la disponibilidad de nutrientes y promover el crecimiento de las plantas. Estos productos ofrecen opciones complementarias a los métodos tradicionales, reduciendo el impacto ambiental y promoviendo una agricultura más resiliente y sostenible. (ANDINA)