El Observatorio Vera Rubin en Chile ha comenzado a asombrar al mundo con las primeras imágenes tomadas por su nuevo telescopio de alta resolución. Durante las primeras diez horas de prueba, su cámara de 3,200 megapíxeles logró capturar millones de galaxias, estrellas de la Vía Láctea y cuerpos celestes, marcando un hito en la observación astronómica.
El telescopio, que es el más avanzado del mundo en términos de resolución y velocidad, no solo ha mostrado el vasto universo con una profundidad impresionante, sino que ha permitido descubrir 2,000 asteroides en una sola noche, un logro sin precedentes. La AURA, la asociación que coordina este proyecto, destacó la capacidad del telescopio para observar fenómenos cósmicos, como asteroides que podrían representar una amenaza para la Tierra, así como cuerpos celestes cuyo brillo y movimiento varían. Este avance ofrece una visión única sobre la dinámica de nuestro universo y promete revolucionar la astronomía.
Este tipo de tecnología puede cambiar nuestra comprensión del espacio profundo y ofrece una herramienta crucial para monitorear posibles amenazas cósmicas que podrían impactar a la Tierra. El avance tecnológico es un paso gigantesco para la humanidad en la exploración del universo y sus infinitos misterios.
Registro del universo
El Vera Rubin, ubicado a 2 647 metros de altitud en la cima del Cerro Pachón, en el norte de Chile, un lugar privilegiado para la observación astronómica gracias a sus condiciones atmosféricas y la oscuridad de los cielos, comenzará a operar definitivamente a finales de este año, tras más de una década en construcción.
Durante los próximos diez años examinará el cielo del hemisferio sur cada tres o cuatro noches, en cada una de las cuales tomará unas 1 000 imágenes gigantes con el objetivo de capturar el movimiento del universo y de elaborar la película más completa del cosmos jamás realizada.
“Cada imagen que tome Rubin la va a comparar con una imagen de referencia de la misma zona del cielo, que va a procesar para detectar cambios”, explicó a EFE Francisco Förster, fundador de ALeRCE, la inteligencia artificial que procesará parte de los datos del observatorio.
Se calcula que cada una de las 5,5 millones de imágenes tomadas detectará alrededor de 10 000 cambios en aspectos como el brillo o la posición de los cuerpos celestes, además de capturar unas 20 000 millones de galaxias y estrellas, información que se procesará a tiempo real y se compartirá con la comunidad científica internacional.
“Cada vez que se construye un instrumento que abre una ventana a parámetros que no se conocían, lo más importante es terminar descubriendo cosas que no se habían planificado. Y eso es lo bonito que tiene la astronomía”, concluyó Förster.