Investigadores usan la inteligencia artificial para el monitoreo de las variedades de papa

El Banco de Germoplasma del Centro Internacional de la Papa (CIP), ubicado en el distrito de La Molina, alberga y estudia una de las colecciones más grandes de papa, que actualmente incluye 5,014 ejemplares de papas. Su principal objetivo es conservar la diversidad genética de este tubérculo y garantizar que sea accesible a los agricultores y disponible para los investigadores de todo el mundo.

Asimismo, hay un gran interés en monitorear cómo esta diversidad está siendo conservada y apoyar a los agricultores a identificar sus propias variedades de papa. Para lograrlo, los investigadores del CIP vienen utilizando la inteligencia artificial.

En entrevista con la Agencia Andina, Vania Azevedo, jefa del Banco de Germoplasma del Centro Internacional de la Papa (CIP), explica los dos proyectos con inteligencia artificial – un aplicativo móvil y un chatbot – que vienen desarrollando en este centro especializado.

“Hemos lanzado el aplicado VarScout que nos ayuda a identificar a través de imágenes las diferentes variedades de papa. Estamos en proceso de desarrollo, ya que las variedades son muchas, nos encontramos alimentando el aplicativo con la información para que los agricultores puedan tomar una foto con sus teléfonos y puedan identificar qué variedad es. Además, nos apoya como científicos a monitorear cómo está distribuida y conservada la biodiversidad in situ en Perú y en los otros países”, señala Azevedo, investigadora brasileña que lleva tres años laborando en el CIP.

Entrenando la IA

La investigadora también enfatiza que se requiere de bastante entrenamiento de la herramienta a través de una gran cantidad de imágenes para que el propio aplicativo sea capaz de diferenciar una variedad de otra.

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“Empezamos con las variedades comerciales y las de mejoramiento porque son más específicas, más diferentes entre sí. A partir de ahora estamos avanzando para que pueda identificar variedades criollas”, precisa la bióloga.

Azevedo explica que el uso de esta app es muy sencillo, solo el agricultor le toma la foto a la papa y el aplicativo puede decir cuál es la variedad. «Resulta bastante útil para el monitoreo de la biodiversidad en los campos de los agricultores», señala.

La idea, como bien lo explica la investigadora, es que en el momento en que el aplicativo pueda identificar todas esas variedades de los agricultores, se pueda saber cuáles están desapareciendo de algunas regiones o qué nuevas variedades están apareciendo en otras, y así monitorear cómo está la biodiversidad de papas en los campos de los agricultores y determinar dónde se necesita más acción y más apoyo para la conservación de esa biodiversidad.

El aplicativo es gratuito y se puede descargar de Play Store.

Chatbot de la papa

El otro proyecto que vienen desarrollando en el CIP es un chatbot en alianza con la empresa Amazon. El objetivo de esta tecnología es apoyar a los usuarios del banco de germoplasma a encontrar cuáles son las variedades, dentro de las 5000 que existen, las que pueden ser más importantes para su investigación.

“Muchos científicos de diversas partes del mundo quieren acceder a nuestras variedades de papa, para ello nos envían un correo y nos explican las características de la papa que están buscando. Por ejemplo: una papa que sea resistente y tolerante a la sequía. Pero hay un montón de otras características que tenemos que tener en cuenta porque podemos tener una papa resistente a la sequía, pero que crecen en alta altitud. Sin embargo, el científico está en un país de baja altitud entonces esa papa no se va a adaptar. Hasta dos meses pasamos conversando con los interesados para entender todas las condiciones que tiene y poder recomendar la mejor variedad para que ellos puedan estudiar”, señala la investigadora.

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Con el desarrollo del prototipo de chatbot eso se puede reducir a minutos o máximo una hora. Si bien este proyecto se encuentra en fase inicial, se espera que muy pronto este disponible para simplificar estos procesos con los investigadores y científicos del país y el mundo.

«En un principio este chatbot tendrá una conversación con el usuario, entonces él va a escribir y solicitar: yo quiero una papa resistente a la sequía y el chatbot le responderá con diferentes alternativas para tener certeza de la variedad que busca el científico. Por ejemplo: preguntará por cuál es la altitud que tiene para sembrar, si hay sequía, el clima o si hay alguna enfermedad en su región que sea relevante. El chatbot va a hablar con el usuario y entonces en vez de dos meses hablando con nosotros va a hacer eso en minutos”, explica.

Si bien toda la información del banco de germoplasma está disponible en las bases de datos online del CIP, estas no resultan muy amigables. «Para eso estamos introduciendo la inteligencia artificial para que el acceso a los datos incluso sea más amigable y más eficiente a los usuarios», concluye la bióloga Vania Azevedo. (ANDINA)