El aeropuerto de Heathrow, el más grande de Europa, suspendió sus operaciones tras un incendio en una subestación eléctrica, generando un apagón masivo que afectó a miles de pasajeros. El cierre, que se extenderá hasta la medianoche del 21 de marzo, ha provocado una crisis en el tráfico aéreo internacional, con más de 1 300 vuelos cancelados o desviados.
El incendio, ocurrido en la zona de Hayes, al oeste de Londres, se desató el jueves por la noche y fue controlado en la mañana del viernes. Sin embargo, la falta de suministro eléctrico dejó a 100 000 hogares sin luz, aunque la mayoría ya ha recuperado el servicio, salvo unas 4 000 viviendas. Mientras tanto, aerolíneas como British Airways, Qantas y United Airlines han tenido que modificar rutas y cancelar vuelos, impactando a miles de pasajeros en 80 países. Otros aeropuertos como Gatwick han comenzado a recibir vuelos desviados.
Las autoridades británicas evacuaron a 150 personas y establecieron un perímetro de seguridad de 200 metros en la zona afectada. También se recomendó a los residentes mantener ventanas cerradas debido al denso humo generado por el incendio. El gobierno británico trabaja para restablecer el suministro y minimizar los efectos de la crisis.
Este incidente pone en evidencia la vulnerabilidad de los aeropuertos ante fallos eléctricos y emergencias inesperadas. Heathrow, con 230 000 pasajeros diarios, es un punto clave del transporte global, y su cierre prolongado genera un efecto dominó en la aviación internacional. Se espera que las aerolíneas tomen medidas urgentes para mitigar el impacto en los viajeros afectados.