El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó su primer viaje a Argentina desde la asunción de Javier Milei, pero evitó reunirse con el mandatario argentino debido a sus diferencias ideológicas. En cambio, se dirigió a ver a Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra detenida por corrupción.
Durante su visita, Lula participó en la Cumbre del Mercosur, pero lo más destacado fue su encuentro con la exmandataria argentina, condenada a seis años de prisión por fraude al Estado. Fernández, quien cumple su condena en prisión domiciliaria debido a su edad, fue el centro de atención cuando Lula le expresó su solidaridad tras la condena. La reunión no fue solo una visita de cortesía, sino también un claro mensaje de apoyo en un contexto de creciente polarización política, especialmente con Milei, quien ha tildado a Lula de «comunista» y «corrupto».
Este gesto de Lula refuerza las diferencias entre ambos países, cuyas tensiones ideológicas podrían influir en las relaciones futuras dentro del bloque Mercosur. A pesar de las diferencias, la Cumbre también ofreció un espacio para que Lula asumiera la presidencia pro tempore del bloque sudamericano.
El tema subraya la polarización política en la región, donde las figuras clave, como Lula y Milei, se disputan el rumbo de la política internacional, afectando no solo a sus respectivos países, sino a toda América Latina.
