El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó al Gobierno del Perú de haber ocupado de forma irregular un territorio colombiano en la Amazonía, lo que considera una violación del Protocolo de Río de Janeiro de 1934. La controversia gira en torno a unas islas cercanas a la triple frontera entre Perú, Brasil y Colombia, que Bogotá afirma le pertenecen. Esta situación ha generado una nueva tensión diplomática entre ambos países sudamericanos.
Petro afirmó que el Perú ha «copado un territorio que es de Colombia», vulnerando el tratado que definió los límites tras el conflicto limítrofe de 1932-1933. Según el mandatario, la frontera está definida por la línea más profunda del río Amazonas, y el reciente acto legislativo peruano la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto habría ignorado este acuerdo internacional.
El mandatario colombiano explicó que el Perú ha instalado la capital del nuevo distrito sobre islas que, según el tratado, pertenecen a Colombia, lo que pone en riesgo el papel estratégico del puerto de Leticia, una ciudad clave para el comercio colombiano en la región amazónica. Petro alertó que esta acción podría «hacer desaparecer a Leticia como puerto amazónico» y anunció que su Gobierno recurrirá a vías diplomáticas para defender la soberanía nacional.
Como gesto político y simbólico, Petro trasladará la celebración del Día del Ejército Nacional, originalmente planeada para Bogotá o Boyacá, hacia la ciudad de Leticia, en señal de defensa del territorio y reafirmación nacionalista.
El origen del conflicto remonta a julio de 2024, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores colombiano cuestionó la soberanía peruana sobre la isla Santa Rosa, ubicada en la zona de la triple frontera. En ese momento, el Perú protestó diplomáticamente y reafirmó su control sobre la isla, pero también declaró el caso cerrado tras recibir una respuesta oficial de Colombia. No obstante, el conflicto resurgió cuando el 3 de julio de 2025, el Perú promulgó la Ley N.º 32403, que formaliza el nuevo distrito de Santa Rosa de Loreto, reavivando la disputa.
La isla Santa Rosa, habitada por unas 3.000 personas dedicadas al comercio, se encuentra en una zona estratégica del río Amazonas, y su control representa un punto clave para el posicionamiento geopolítico en la región.
Este nuevo episodio fronterizo revela la fragilidad de los acuerdos históricos en zonas poco delimitadas y con escasa presencia estatal. Más allá de las tensiones diplomáticas, el caso pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar los mecanismos bilaterales de diálogo, respetar los tratados internacionales vigentes y promover la cooperación fronteriza en lugar de la confrontación.
