“Los pueblos indígenas –asháninkas, shipibo-conibo, awajún y cacataibos– somos invisibles para los gobiernos. Las autoridades no nos han protegido ante los ataques y las amenazas que sufrimos a manos de narcotraficantes, taladores de bosques e invasores de tierras. El riesgo que enfrentamos es alto y día a día corremos el riesgo de ser amenazados o asesinados”, asegura Berlin Diquez, presidente de la Organización Regional Aidasep Ucayali (ORAU).

Este valeroso dirigente señala que 15 apus de comunidades nativas de Huánuco y Ucayali están bajo amenaza de muerte por defender sus territorios y viven a salto de mata.

Indicó que Unipacuyacu, Santa Martha, Sinchi Roca y Yamino son los pueblos con mayor peligro. En estas zonas la deforestación y los sembríos de coca se han incrementado durante los últimos años.

“Viene gente extraña a las comunidades para talar y hacer chacras. Cuando un comunero interviene es amenazado con armas de fuego”, manifestó con preocupación a La República.

Como se recuerda, una delegación de 13 defensores indígenas amenazados expuso en Lima, ante diversas autoridades políticas, el grave nivel de vulnerabilidad en que se encuentran frente a invasores de tierras y narcotraficantes, pero hasta ahora no hay ninguna acción y por el contrario enfrentan múltiples hostigamientos y asesinatos.

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