El Poder Judicial abrió proceso penal a Alberto Fujimori y a los exministros Alejandro Aguinaga, Marino Costa y Eduardo Yong, y a Ulises Jorge Aguilar, como presuntos autores mediatos en el caso de las Esterilizaciones Forzadas.
El juez Rafael Martínez tomó esta decisión al considerar a los inculpados como presuntos autores mediatos por dominio en aparato organizado de poder.
Se les procesará por ser presuntos autores del delito contra la vida, el cuerpo y la salud, lesiones graves seguidas de muerte en el contexto de grave violación de derechos humanos en agravio de Mamérita Mestanza, Alejandra Aguirre, y otras.
Durante el proceso, el magistrado indicó que el Ministerio Público cumplió con individualizar a cada uno de los investigados «describiendo el comportamiento que estos habrían realizado y estando a la propia tipología penal en cuanto los hechos narrados tienen relevancia penal»
«La instrucción tiene por objeto reunir la prueba de la realización del delito de las circunstancias en la que se ha perpetrado es un móvil que habrían tenido autores y cómplices en la ejecución o después de su realización durante la instrucción el juez determinará las diligencias propuestas por las partes», indicó el juez Martínez.
En el caso de Alberto Fujimori, el juez resolvió la suspensión del proceso penal hasta que el Gobierno de Chile se pronuncie sobre la ampliación de su extradición por el caso de las esterilizaciones forzadas, en tanto que la investigación continúa para los demás.
Mientras que, al no haber solicitado medidas de restricción de la libertad contra los otros procesados, se resolvió dictar mandato de comparecencia simple contra Eduardo Yong Motta, Marino Costa Bauer y Alejandro Aguinaga.
Como se recuerda, el Ministerio Público denunció al expresidente y tres de sus ministros de Salud por la presunta comisión de los delitos de lesiones graves seguidas de muerte, y lesiones culposas por las esterilizaciones forzadas que se practicaron durante su gobierno.
La audiencia, conducida por el juez Rafael Martínez, se celebra en castellano y es traducida al quechua debido a que varias de las víctimas hablan esa lengua.