Por Carlos Gonzales Avila (*)
En exploración y explotación de petróleo, hemos cerrado el año 2021 con cifras muy desalentadoras: 25 contratos de explotación que produjeron algo más de 38 mil barriles diarios de petróleo frente a una demanda superior a los 250,000 barriles por día; 7 contratos de exploración de los cuales 6 están en fuerza mayor; apenas 191 km de sísmica 2D y sólo 1 pozo exploratorio.
Somos un país dependiente del petróleo importado y si nuestra balanza comercial de hidrocarburos no refleja cifras realmente dramáticas, es sólo y exclusivamente por la caída de su cotización internacional como consecuencia de la pandemia. Una vez que se recupere la demanda y el precio del crudo se normalice, las cifras de nuestra balanza comercial serán más que preocupantes.
En el Perú no se aprueban normas legales que promuevan la inversión petrolera desde el año 2003, cuando se aprobaron la Ley de Reservas Marginales (Ley 28109) y el nuevo Reglamento de Regalías (D.S. 017-12003-EM). En el 2005 se presentó un proyecto de ley para exploración de horizontes profundos, pero el Ejecutivo se opuso y nadie exploró horizontes profundos. En el 2010 se presentó otro proyecto para modificar la Ley de Reservas Marginales (28109) y el Ejecutivo también se opuso; y seguimos con más de 5,000 pozos cerrados que todavía tienen petróleo.
Hace un par de meses se presentó el Proyecto de Ley 804/2021 que propone homologar los plazos de explotación de petróleo y gas natural con la finalidad de que los contratos tengan un solo horizonte temporal.
Según este proyecto de ley, los contratos vigentes podrían acogerse al nuevo plazo, siempre que presenten un programa de inversión de obligatorio cumplimiento.
Se trataría de una extensión del plazo de explotación de petróleo de 10 años, pero condicionada al compromiso de ejecutar un programa de trabajo. Si no se aprueba este proyecto de ley, tendremos que esperar que los contratos terminen de acá al 2028, para que recién se ejecuten inversiones en el marco de nuevos contratos.
La homologación de los plazos de explotación de petróleo y de gas natural es un asunto que se viene discutiendo hace muchos años. El contexto actual es muy diferente al que había hace casi 30 años, cuando PETROPERÚ decidió (como contratante) establecer plazos diferenciados.
Además, la propuesta del Proyecto de Ley 804 solucionaría un problema operativo que ocurriría si los contratistas devuelven los pozos productores de petróleo y retienen los pozos que producen gas natural no asociado. Lo que sucederá es que habrá dos operadores diferentes en una misma zona.
Sin mayor análisis del Proyecto de Ley y de lo que sucederá en el futuro cercano si no se adoptan medidas orientadas a incentivar la inversión petrolera en los lotes actualmente en producción, los opositores al Proyecto de Ley están emitiendo opiniones que distan mucho de ser argumentos.
Por ejemplo, sostienen que se trata de una reprivatización de los lotes, cuando lo único que se propone es la extensión del plazo de explotación de petróleo por 10 años más, a cambio de inversiones garantizadas; afirman que hasta Camisea podría acogerse al nuevo plazo, cuando Camisea solo produce Gas Natural y ya cuenta con el plazo máximo de 40 años; manifiestan que se quiere perpetuar la adjudicación del lote en manos privadas, cuando el contrato terminaría impostergablemente al cumplirse los 40 años de vigencia; reclaman que el proyecto deja fuera a PETROPERÚ, cuando de acuerdo a Ley, PETROPERÚ tiene el derecho de solicitar a PERUPETRO, en cualquier momento, su calificación para asumir nuevos lotes petroleros.
Es más, PETROPERÚ podría solicitar la adjudicación de los lotes ofreciendo programas de inversión superiores a los ofrecidos por los contratistas para obtener la extensión de 10 años para la explotación de petróleo.
Para ello, PETROPERÚ solo tiene que solicitar su calificación en función de su propuesta de inversión y proceder de conformidad con el Reglamento aprobado con Decreto Supremo 029-2021-EM y los Acuerdos de Directorio de PERUPETRO 029-2017 y 049-2017, referidos a negociación directa y calificación de empresas, respectivamente.
No obstante, no debemos olvidar que, cuando el precio del crudo estaba por encima de los 100 US$ por barril (2014) PETROPERÚ manifestó su desinterés en los lotes marginales de Talara. Por el contrario, los que defienden sinceramente a PETROPERÚ, deberían preocuparse en el riesgo que representa para la Refinería Talara, el proyecto de reconfiguración de los lotes próximos a vencer que viene impulsando PERUPETRO.
(*) Economista. Consultor experto en Hidrocarburos. Gerente de ENERCONSULT S.A.