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Los bombardeos de Israel sobre territorio iraní se han intensificado dramáticamente en las últimas horas, alcanzando instalaciones nucleares y depósitos de combustible en Teherán, generando caos, miedo y una ola de evacuaciones en la capital iraní. La población, asustada por las explosiones, busca huir mientras la crisis humanitaria se agrava.
La ofensiva israelí ha provocado el cierre de la mayoría de los comercios en Teherán y largas colas en las estaciones de gasolina, mientras cientos de familias abandonan la ciudad en medio del temor generalizado. Algunos testigos relatan haber escuchado explosiones durante toda la noche, lo que motivó su decisión de evacuar. Uno de ellos, Behzad, declaró a RFI: «Nos vamos hoy. Ayer escuchamos explosiones hasta el amanecer y la gasolina es un problema real».
Hasta el momento, el Ministerio de Sanidad de Irán ha reportado al menos 224 muertos, entre ellos mujeres y niños, y más de mil personas heridas desde que comenzaron los ataques cruzados entre Irán e Israel. La situación se ha tornado insostenible en varias zonas urbanas, donde los ataques han impactado incluso en zonas residenciales, como relata Farzaneh a la AFP: «Hoy atacaron una casa en nuestra calle. Decidimos irnos de Teherán».
El ejército israelí confirmó el bombardeo del aeropuerto de Mashhad, una de las ciudades más importantes del noreste de Irán, a más de 2.300 km de distancia de Israel, así como el ataque a decenas de instalaciones de misiles tierra-tierra en el oeste del país. Este sería uno de los ataques más profundos y sostenidos sobre suelo iraní desde el inicio del conflicto reciente.
El conflicto, de consecuencias imprevisibles, amenaza con escalar a niveles más graves, con efectos devastadores para la población civil y la estabilidad regional. Mientras algunos mantienen la esperanza, como la joven Shokouh que declara confiar en su país, la realidad es que la incertidumbre reina en las calles y el número de víctimas sigue creciendo.