Todo está bajo control según el ministerio de Medio Ambiente japonés desde que, el jueves 24 de agosto, Japón comenzó a verter al mar las aguas tratadas, que habían servido para enfriar los reactores de la planta nuclear de Fukushima, antes de su destrucción por el terremoto y tsunami de 2011.

Eso indicó el domingo 27 de agosto tras haber examinado agua de 11 puntos cerca de la planta nuclear de Fukushima en los que no encontró niveles significativos de radiactividad.

Este vertimiento ocasionó grandes protestas de ambientalistas en Japón y Corea del Sur, y particularmente entre las comunidades pesqueras, que temen por los efectos del agua contaminada en los alimentos.

China se opuso firmemente al plan, y el 24 de agosto vetó las importaciones de productos del mar japoneses.

El Gobierno japonés defiende el proyecto, refiriéndose a la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), instancia que también concluyó que los efectos de verter el agua tratada al mar serían “insignificantes”.

¿Por qué Japón opta por esta alternativa?

Japón afirma que se trata de un paso esencial en el desmantelamiento de la planta nuclear.

Su idea es liberar el espacio ocupado por 1,3 millones de metros cúbicos (el equivalente de 500 piscinas olímpicas) de agua contaminada, para evitar fugas accidentales y poder almacenar escombros de combustible fundido y otros desechos altamente contaminantes, según explicó la operadora de la planta, la empresa Tokyo Electric Power Co. (Tepco).

El plan actual consiste en verter 31,200 toneladas de agua de aquí a marzo de 2024, liberando diez de los 1000 tanques de almacenamiento. Junichi Matsumoto, ejecutivo de Tepco responsable del vertedero, dijo que el agua será expulsada al mar en los próximos 30 años, pero mientras el combustible fundido permanezca en los reactores destruidos de la planta, se seguirá necesitando agua para enfriarlos, provocando más deshechos. 

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Agua filtrada versus tritio 

Antes de ser vertida al mar, el agua fue filtrada de la mayoría de sus elementos radiactivos excepto del tritio, que es un elemento radiactivo difícilmente separable del agua, así que la solución encontrada fue disolver las aguas tratadas hasta que los niveles de tritio pasaran por debajo de los límites regulatorios. El ministerio se comprometió a publicar semanalmente los resultados de sus análisis en los próximos tres meses. 

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(FRANCE24)