En el distrito de Caujul, un grupo de 19 mujeres agricultoras está transformando su futuro gracias al cultivo de paltas y melocotones. Al frente se encuentra Nilda Ríos Matos, lideresa de la Asociación de Mujeres Agropecuarias de Aguar, quien se ha convertido en símbolo de empoderamiento femenino en el campo peruano.
La historia de Nilda refleja cómo el trabajo organizado y el acceso a programas de apoyo, como AGROIDEAS, han permitido a las productoras rurales mejorar la calidad de sus cultivos y acceder a nuevos mercados. Hoy, sus paltas —conocidas como el “oro verde”— no solo representan ingresos económicos, sino también independencia y voz para mujeres que antes permanecían invisibles en la cadena agrícola.
Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, más de 70 mil familias en 20 regiones del Perú se dedican al cultivo de palta, siendo la variedad Hass la más demandada a nivel internacional. Esto ha posicionado al país como el segundo exportador mundial, después de México. Sin embargo, Nilda sueña con ir más allá de la exportación: diversificar la producción para generar derivados como aceites, champús, jabones o puré, apostando por la innovación como camino hacia la autosuficiencia.
Cada amanecer, las mujeres de Aguar recorren sus chacras con orgullo, demostrando que el campo ya no es solo un espacio de subsistencia, sino también un escenario de liderazgo femenino. Gracias a la capacitación técnica, sus frutos son de mejor calidad, más competitivos y con mayor demanda en el mercado.
El futuro no está libre de desafíos —como la sobreoferta internacional o la necesidad de ampliar el consumo interno—, pero Nilda mantiene la convicción de que la agricultura es una herramienta para educar a las nuevas generaciones y dignificar la vida rural. Su liderazgo recuerda que detrás de cada palta peruana hay historias de esfuerzo, esperanza y mujeres que siembran futuro.





