El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó con furia contra los medios de comunicación CNN y The New York Times, acusándolos de intentar restar importancia a lo que calificó como uno de los ataques militares más exitosos de la historia, al cuestionar el impacto real de los bombardeos sobre las instalaciones nucleares de Irán.
Trump expresó su indignación en su red social Truth Social, donde aseguró que ambos medios intentaron desvirtuar el éxito de la ofensiva al difundir un informe de inteligencia que indicaba que el programa nuclear iraní solo se había retrasado algunos meses tras los ataques a las instalaciones de Isfahán, Natanz y Fordó. Además, el informe sugería que, a pesar de los bombardeos, solo una pequeña parte de los materiales nucleares fueron destruidos, pues la mayoría del uranio enriquecido de Irán fue trasladado antes del ataque.
Funcionarios del gobierno estadounidense, incluidos el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, respondieron rápidamente a las filtraciones, negando la validez del análisis y calificando la información como traición. Además, Hegseth defendió la devastación de los bombardeos, insistiendo en que cualquier intento de disminuir su efectividad era un ataque directo a la misión y al liderazgo de Trump.
Este conflicto entre el presidente y los medios resalta una vez más las tensiones entre la administración de Trump y la prensa estadounidense, especialmente cuando se trata de cuestiones militares de gran escala. La filtración y la subsiguiente controversia subrayan la importancia de las narrativas mediáticas en la percepción pública de los eventos internacionales y las decisiones de seguridad nacional.